01 marzo, 2006

8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.

A comienzos de siglo, muchas mujeres se incorporaron al trabajo en las fábricas en unas condiciones muy duras: largas jornadas laborales y salarios inferiores a los de los hombres. A medida que las mujeres se iban incorporando al mundo laboral, se hacía más evidente que aquella situación no era justa, y poco a poco empezaron a organizarse.
Una de las protestas reivindicando mejores condiciones laborales fue la que protagonizaron las trabajadoras de la fábrica textil Cotton de Nueva York, en Estados Unidos. Era el 8 de marzo de 1908 y las trabajadoras se encerraron en el interior para pedir que se les redujera su jornada laboral a 10 horas. El propietario de la fábrica decidió incendiar el edificio para hacerlas salir de allí, y el resultado fue de 129 trabajadoras muertas.
Estos son los hechos puntuales, que nos sirven de referencia concreta para conmemorar este día, pero el 8 de marzo es mucho más que la celebración de unos hechos concretos.
Este día se ha convertido en una jornada de reflexión sobre el largo camino que las mujeres han tenido que recorrer para ver reconocidos sus derechos.
En España, el primer 8 de marzo se celebró en 1977, una fiesta que el movimiento de mujeres aprovechó para plantear sus problemas en el terreno laboral. Un año más tarde, en 1978, la Constitución Española reconoció la igualdad ante la ley entre hombres y mujeres, como uno de los principios del ordenamiento jurídico.

Actividad propuesta: “24 horas a su servicio”

Detección de ideas previas
Se inicia la actividad con un registro de tareas de la casa. Se expone individualmente y se escriben en la pizarra.

Desarrollo de la actividad
Se plantea la cuestión: ¿Qué ocurriría si tuviésemos que pagar el trabajo que las mujeres realizan en las casas?
1. Trabajo individual.
Ante el listado inicial deberán especificar las horas dedicadas a cada tarea y las personas que la realizan.
2. Trabajo en pequeño grupo.
Organizarán las tareas según quien las realiza y el dinero que se debería pagar por ellas cada mes, según el salario del servicio doméstico o de personal cualificado para ello.
3. Trabajo en gran grupo.
Debate sobre el salario que se debería pagar, el valor social del trabajo y del tipo de organización que se necesitaría si ese trabajo no lo hicieran las mujeres.
4. Conclusiones personales.

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